Transforma la ansiedad en paz

Lo digo por experiencia propia. Pasé muchos años dejándome influenciar por el futuro, preocupado por el mañana, por el bienestar económico, por la posibilidad de perder a mi compañera, por el trabajo. Créeme, todo ocurrió como lo había visualizado. Fue entonces cuando solté el futuro y cometí un error aún peor: comencé a sufrir por el pasado.En ese momento, sentía lástima de mí mismo por cómo la vida me había tratado. No me daba cuenta de que el verdadero daño me lo estaba haciendo yo mismo. Pero gracias a Dios, llegó un momento en el que me detuve a analizar mi situación y me di cuenta de que no había nadie culpable de las cosas que me habían sucedido. Empecé a buscar dentro de mí, y ahí encontré la verdad. Esa verdad es la paz interior, que solo se adquiere viviendo en el presente y soltando el pasado y el futuro.

El poder transformador está en el aquí y ahora.

Empecé a concentrarme en el presente y todo comenzó a cambiar. Me di cuenta de tantas cosas bonitas que me estaba perdiendo por preocuparme por lo que será o pudo haber sido. Claro, con esto no quiero decir que no debamos planificarnos para mejorar las cosas. Lo que quiero transmitir es que debemos programarnos, pero soltando el apego al resultado. 

El presente es el regalo más valioso que tenemos. Enfócate en saborear cada instante, abraza las oportunidades y cultiva la gratitud por todo lo que la vida te ofrece. Recuerda que solo en el presente puedes crear los cimientos para un futuro lleno de satisfacción y realización. Vive con plenitud, porque es en el presente donde reside tu verdadero poder y potencial.

¿Es fácil desapegarse del pasado y del futuro?

No solo es difícil, para muchas personas esto resulta imposible. Y es que mientras más luchamos por no pensar en algo, es seguro que más pensaremos en ello. En este aspecto, nuestra mente se convierte en nuestro peor enemigo. Debemos luchar contra ella, pero de forma estratégica, ya que de eso dependerán los resultados. Cuando quieras dejar de pensar en algo, nunca digas “¡No voy a pensar en esto o aquello!” porque te aseguro, hermano mío, que estarás logrando lo contrario. El truco para vencer a la mente en este aspecto está en sustituir los pensamientos que nos llegan. Observa tus pensamientos sin juzgarlos y reemplázalos por un pensamiento positivo. De esta forma, irás adquiriendo un hábito disciplinario para tus pensamientos. Esto no lo lograrás de la noche a la mañana, ni tampoco quiere decir que no volverás a caer. Ningún hábito se adquiere así, tomará tiempo. Pero cuando lo logres, verás un gran cambio en tu bienestar.

Escrito por: Carlos Ramos